En estos últimos 4 meses he estado acabando muchos de los productos que me quedaban pendientes, además de los básicos que siempre están en mi neceser.
Vamos a echarles un vistazo antes de reciclarlos y así os cuento qué tal me han ido.
Durante este año me propuse acabar las mascarillas de papel que tenía guardadas y pasarme a las de arcilla, más que nada para evitar tanto envoltorio innecesario. Os hablé detenidamente de ellas en este post anterior, por si queréis saber qué me ha parecido cada una de ellas en particular.
En cuanto a champú, tengo uno de tamaño normal y otro mini de La Malvaflor. El pequeño me acompañó este verano a Portugal y funcionó genial. Antes usaba el de arcilla para pelo graso, pero ahora estoy probando el de caléndula para pelo sensible y me gusta mucho más el resultado.
También tenemos algo de maquillaje en estos terminados, y casi todos son clásicos imprescindibles: los polvos de Purobio, la máscara de pestañas de Lavera (aunque esta ya está descatalogada), un lápiz de sombras de MAC (tiene tantos años ya que pierde cerdas constantemente, es casi imposible usarlo), dos cacaos de EOS (no creo que repita con ellos, apenas notaba hidratación en mis labios), el corrector de Purobio (favoritísimo, ya tengo otro a punto de acabarse también en un tono más oscuro), un crayon de Avril (color precioso pero un poco coñazo el tener que estar sacándole punta cada vez que lo usaba), un cacao de vainilla de Hurraw! (me encanta, ya tengo otro en uso) y el Russian Red de MAC.
Este era mi último producto no cruelty free de mi colección, y aunque es mi rojo de cabecera de toda la vida, le digo adiós al fin.
Para el cuerpo, he gastado 4 desodorantes de Ben&Anna (me gustan mucho, pero en breve os enseñaré mi último descubrimiento que ha desbancado a todo lo demás), el spray Deep Sleep Pillow de This Works (supuestamente sirve para relajarte con aromaterapia, pero para mí este olor (que dice ser lavanda) me parece espantoso y lo que me produce son ganas de vomitar), una bolsita de sales EPSOM (fabulosas para cuando tienes dolores o agujetas), una crema de manos de Speick (no noté ninguna mejoría en las manos cuando las tenía más resecas en verano, no repetiré con ella) y por último el exfoliante corporal de sal marina de See See (funciona genial, tiene el grano del tamaño justo para exfoliar sin irritar)
Por último, para limpieza y cuidado facial tenemos un poco de todo: una esponja Konjac que me regalaron con una compra y que ha funcionado bien aunque no suelo comprarlas a menudo, mi aceite desmaquillante favorito, el Pureté Divine de Cattier (es un básico, no lo cambio por nada), la espuma limpiadora que me enviaron desde Cocunat (muy buena, pero un poco cara para estar reponiéndola cada pocos meses), un frasco de aceite de jojoba de Arganour (otro básico: al bote que estoy usando ahora le he añadido unas gotitas de aceite de árbol de té para que sirva más de tratamiento), un frasco de aceite de rosa mosqueta de The Ordinary (no está mal, un aceite corriente), un mini frasco de agua micelar de Montbrun (limpia y retira el maquillaje que da gusto), el contorno de ojos de Matarrania (me encanta, pero como habréis podido ver aquí ahora estoy usando otro) y para los dientes, el dentífrico de peppermint de Dr Bronner's (muy bueno pero un poco caro, aunque es de los que más cantidad trae de todos los que he probado) y el de Biocura (estupendo, barato y está disponible en ALDI).
Estos cuatro meses han dado mucho de sí y he podido acabar muchos de los productos que tenía en el punto de mira. ¡Nos vemos en diciembre con la recopilación final del año!
Y vosotras, ¿habéis gastado muchos productos este verano? ¡No dudéis en comentar!
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