Si os gusta exfoliaros en casa y estáis buscando opciones con residuo cero, hoy os traigo una receta muy fácil de hacer y con sólo 2 ingredientes.
Remangaos la camisa ¡que empezamos!
La base debe ser el agente exfoliador, "lo que rasca" para entendernos.
Los ingredientes estrella para un buen resultado son el café molido, la sal y el azúcar.
El café exfolia con suavidad, tiene propiedades anticelulíticas y energizantes (gracias a su contenido en cafeína) y ayuda a reafirmar la piel. Sus mayores inconvenientes son que ensucia muchísimo y que se pudre con rapidez. Debéis usarlo en pequeñas cantidades.
La sal y el azúcar aguantan durante mucho más tiempo y son más estables. La sal gruesa tiene un poder exfoliante mayor y el azúcar está más indicado para pieles sensibles.
Para dar cuerpo al exfoliante y aportarle un poco de hidratación, nada mejor que los aceites prensados en frío. Os recomiendo los de jojoba, rosa mosqueta y argán. Los tres son muy nutritivos, se absorben rápido y son aptos para todo tipo de piel. Si tenéis la piel muy seca y buscáis un extra probad con los aceites de coco, aceite de oliva o aguacate.
Ya sólo tenéis que encontrar por casa un recipiente de cristal (preferiblemente) o plástico y reutilizarlo para mezclar vuestro exfoliante casero. Voilà!
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